El decadente sabe que la forma mata el espíritu. Por eso intento
eludir la tentación de escribir otra vez sobre abismos y columpios
agorafóbicos. Sobre paredes que resbalan como babosas en celo buscando la
carnaza de mi cerebro. Sobre esa parte de mí que fornica en un suelo de botellas rotas y niebla de hachís.
Pero tengo el tiempo verbal indeciso ¿Primera o tercera persona? Escribir es
un hallazgo solitario. Insomne. El público a veces entorpece. Trabas mentales. Pasan
los minutos. Una hora. La espera no da resultado: la página sigue emborronada. Nada
fluye. Nada fascina. Quizás sean las secuelas del exceso. De no querer ser
parte ni conjunto. Contenido o continente. De sólo aspirar al desconcierto. Al suicidio
antes que la alienación. Al camino de piedras que empieza en la nada masoquista
y termina en la futilidad de un cielo inmenso pero sin respuestas.
Y a pesar de
ello observo con náusea como la ignorancia se convierte en fe. La democracia en
dictadura. La inercia de corromper y negar. La carcajada ajena de hiena como
camino unidireccional. Y los ojos arden. Son violados por gaviotas de fondo
azul que caen como buitres sobre el asfalto de ideas neoliberalistas. Y las
hojas de otoño ríen y cantan villancicos. Aunque no haya comida ni árbol de
navidad.
Pero ya no quiero palabras. Ni desolación. No quiero tsunamis de
sentimientos ciclotímicos a los que subir la falda y meter mano. Ahora mis
dedos de unicornio no se detienen ante los indecorosos tatuajes de una piel
taimada. No rinden pleitesía a esos amores que sólo saben mezclar ternura con
crueldad. Carcaj de ansiedades. No soy más sabio. Sólo más prudente.
Por eso te
insisto: no permitas que tu orgullo silencie un te quiero. Eres mi estupor
sempiterno de esperanza. Los puntos suspensivos de mi presente. El puerto donde
mi naufragio pierde el equilibrio y se convierte, contigo, en poesía.
No hay que ser prudente, hay que besar sin miedo a asfixiarse, y luego lo que surja ;)
ResponderEliminarEl final me ha enamorado.
Mil besos.
Al principio el final era menos tierno, un poco BDSM incluso. Pero últimamente estoy de mejor humor, serán las vacaciones. La decadencia vendrá a partir del 25 que tengo que volver a trabajar…xD
EliminarUn beso preciosa ;)
Los abismos a parte de infinitos son adictivos, aunque ya lo sabes.
ResponderEliminarSí, lo sé, uno empieza con sarcasmo e ironía y al final te consumen sin que puedas esgrimir más defensa que una teórica honestidad en tu percepción de las cosas. Subjetivo y poco práctico. Follarte a la melancolía alguna noche es aconsejable mientras le seas infiel el resto de la semana.
EliminarEspero que todo te vaya bien. Y que vuelvas a escribir como antes.
Un abrazo.
El puerto donde mi naufragio pierde el equilibrio y se convierte, contigo, en poesía...
ResponderEliminarTu ocasional ternura enamora.. Y lo sabes...
Los abismos son adictivos, mi querida desconocida –¿lo eres realmente?-, y aunque estoy acostumbrado a cierto mal entendido malditismo también tengo frío por las noches. Ese frío que desconoce finales felices o borracheras en compañía. Es agradable la ternura. Los niños cantan villancicos por la calle y nadie les abre la puerta para darles el aguinaldo. La gente se muere de hambre, y ahora también de frío. Los políticos se ríen de nosotros, van a lo suyo: asegurarse su poltrona como consejeros en las empresas que privatizan. Indigencia moral. Ante tamaño despropósito a veces la literatura necesita también darse un respiro.
EliminarUn beso.
Lo soy.
Eliminar¿ Qué puedo decir sin repetirme?
ResponderEliminarMuas infinitos.
Gracias por tu lectura incondicional. Espero que disfrutes de estos días en agradable compañía.
EliminarUn abrazo ;)
Qué suerte tienes de tener sentimientos así¡¡
ResponderEliminarun beso.