Azul sobre negro, camino durante horas con ese desprecio a
las distancias convencionales, como si recorriera un desierto de luz
cristalizada. He canjeado mi carisma por el clic,
solo hay que superar los dos primeros vodkas, es bueno madrugar para beber,
manteniendo la nausea a raya con copas escanciadas en motivos irregulares. Lo
jodido son los temblores, beber con pajita para no derramar el preciado
líquido, aunque luego se desborde ridículamente por el suelo donde vomito
mientras pienso en la siguiente copa. Hay algo milagroso en la recuperación. No
hay recesos ni pausas, continuas donde lo has dejado, obsesionado, calculando
la cantidad de botellas que puedes comprar si no comes durante varios días. Las
actividades sociales pierden brillo, tropiezas con ellas, caes, te llenas de
cristalitos pequeños que solo te hacen reír. Nadie te levanta. Es mejor así:
lisiado físicamente pero en soledad.
Los bares de madrugada antes del cierre, hogar de piltrafas
con lesiones cerebrales, astrosos buscando el vacío, desvaneciéndose con el arrullo
de la bebida pasando por su garganta, simios felices con metas fijas y dramas
crueles escabulléndose como cucarachas agotados por la realidad. La botella,
una apelación al suicidio legal, trasegada entre cubitos de hielo acolchados.
El televisor se convierte aquí en la entidad más brillante y genuina
deshilachando los sueños de concursantes sonrientes antes de la publicidad.
Un sueño irreal me consume durante la resaca: una mujer
desnuda, pelo azabache, ojos violáceos, cubierta de cuerpos horadándola,
bañándola con sus alientos pestilentes, mezclando su esperma con el alcohol que
lubrica sus agujeros, lamiéndola entera de forma sórdida, saboreando su dolor,
su excitación, sus gritos. Algo vil, demencial consume a todos cuando ella abre
más las piernas intentando abarcarlos. Son perros, perros sarnosos aullando
excitados por el olor del alcohol sobre ella. Quiero salvarla, sus ojos parecen
barrotes cubiertos de sangre y sudor, pero de pronto me doy cuenta que soy uno
de ellos, quizá el que más disfruta.
El mundo sigue cojeando bajo mis pies y mi subconsciente me
empuja a polvos desechables. Un mal menor, otro tipo de nausea que no impide al
corazón seguir bombeando alcohol a mi cerebro. El escenario no es ni quebradizo
ni eterno, ni siquiera complaciente aunque me otorgue el beneficio de la duda.
A veces juego con la atrayente inaccesibilidad de las personas introspectivas.
Pero las putas no tienen mentiras solo una promesa de media hora en la indiferente
fricción de su vagina. Una puerta abierta delante de otra puerta. Respuestas
sin preguntas.
La puta.
Le sonrío en el bar, una forma de comunicación universal,
una sonda que sin respuesta se transforma en una mueca, envuelta en un velo de
desesperación cromada por los reflejos acartonados de las botellas que nos
rodean. Deseo sin necesidad. Pero él no puede responder, esta encerrado en un
circunloquio de inaccesibilidad derrotista. Hiede con ese gesto automático de
llevarse la bebida contra la boca. Tiene el final escrito en la cara. Me atrae
su drama.
A los hombres les gusta masturbarse con mi cuerpo, es la
única forma real de reducir su insatisfacción, de prolongar este estado de
supervivencia prosaica. Niños sucios. Sus manos se mueven más rápido que su
cerebro. Pero reconozco que busco ese afecto, esa pasión que desprenden antes
de eyacular, de vaciarse en mí…me dan un valor, una entidad. Sé que es un
fraude, pero me siento aceptada. Solo lo hago cuando necesito el dinero y
siempre eligiendo con cuidado. Mis peores experiencias han sido con mis parejas. La última vez estuve a un
millón de años del orgasmo, al final solo pensaba en si quedaba enjuague bucal
para poder quitarme cuanto antes el sabor de su polla. Inanidad. Un ligero
aturdimiento, como una anestesia aburrida. No existen las marcas indelebles, no
hay destino, solo decisiones.
Por eso esta vez insisto con mi sonrisa, acariciando el
silencio que hay entre los dos. Una extraña coquetería se apodera de mí y
siento que he elegido mal los pendientes. No debería de ser importante. Él se
acerca y me invita a una copa. Acepto y me presento. Brindamos. Emerge una
química inusual ajena a la típica representación de intereses y precios. Siento
como si observásemos nuestras respectivas miserias y las aceptásemos sin pudor,
desgajando un beso desde el fondo de mi corazón y de su copa.
Fue el destello de un momento perfecto. Un par más y podría
haberme enganchado. Pero la decadencia siempre es un aviso. Subimos a la
habitación pero no quiso follar. Quizá estuviera demasiado borracho, no lo sé…balbuceaba
su soledad con cierto estilo, hablando de muchos temas y de ninguno. Al final
se durmió. Me dio cierta lastima robarle la cartera pero ya no creo en cuentos
de hadas. Solo quiero experiencias.
La próxima vez háblame de poesía mientras me comes el coño
jodido gilipollas…
Demasiado triste en una noche demasiado caótica...xD
ResponderEliminarBesos.
¡Magnífico!, como siempre. ¿Has pensado en escribir una novela? Lo digo en serio.
ResponderEliminarChatnoir: Ponerse a hacer guardias en tu trabajo debe de ser muy estimulante, sobre todo cuando te toca el ala de psiquiatría.
ResponderEliminar¿Es triste? No me he dado cuenta. Un besazo.
Sbm: Ja, ja. Agradezco tus palabras pero la estirpe decadente tiene una incapacidad congénita para concentrarse en un mismo texto más de una hora. Cada uno debe conocer sus limitaciones, solo soy relativamente bueno en pequeñas dosis. Y no solo con las palabras.
Un beso también para ti, que me siento cariñoso…xD
Me has hecho soltar una carcajada, jajaja. De todas maneras no te creo, con crear un tronco y luego irte por las ramas (cada capítulo sería una de ellas), podrías llegar a escribir una gran historia. Mira sino "la sombra del viento", joder, la historia no tiene demasiada miga, pero la manera de expresarla es impresionante. Yo te animo a ello, y tú pasas, así ha de ser... ¿no?
ResponderEliminarRespecto al beso... me has dejado sin palabras. Lo he visto venir por el aire (de otra manera sería imposible) y me he separado, pero me he quedado con el afecto ;-)
Un abrazo corto para ti, pero con afecto. Y ya no te doy más la chapa. Te seguiré como cada día, aprendiendo o al menos intentándolo. No me va el peloteo, lo que te he dicho es real.
Estimulante es poco...!xD. Y si lo encuentro triste, aunque no me hagas mucho caso, estoy premenstrual :D.
ResponderEliminarBesos.
El borracho y la puta. Que relación tan poética, me gustan las cosas vulgares y decadentes, me parecen muy...
ResponderEliminarElla me caía bien hasta el punto de la cartera. Hay que ser muy puta para robarle la cartera a alguien que se abre para ti, que asco.
Besos de licor de melocotón ;)
Rorschach, yo tambien pienso que escribes francamente bien. Creas la atmósfera a la perfección (sórdida y sucia), y los personajes (que parece que no tienen salvación porque han ido un paso más allá de la línea); sólo necesitas una línea argumental y decidir si al final ganan o pierden. Y ya tienes la novela. Deja de decir que no puedes y hazlo, escríbela!
ResponderEliminarUn beso
Yo también pienso que podrías escribir lo que quisieras. Es cierto que los cuentos tienen mucha intensidad y requieren menos tiempo. Pero estar un año con cinco o seis personajes en tu cabeza, creando historias sin que nadie las conozca tiene su encanto... ¡¡Inténtalo, anda!!
ResponderEliminarBesos
Éxtasis de borrachera y lujuria. Ojalá alguien me hiciese el amor mientras me recitara versos. Mejor un asesino y una puta como en Crimen y Castigo...
ResponderEliminarEs mucho mejor no hacer las dos cosas (o que te hagan) al alimón: primero lo primero, y luego la poesía. ;)
ResponderEliminarTienes a los "fans" como locos con lo de que escribas un libro... no se que les das ;-)
ResponderEliminarPiensa si no se te ocurre hilo argumental , puedes comenzar por el titulo: El sinónimo y el adjetivo los grandes amigos del decadente.
Yo aunque no comente, piensa que no solo paso del primer párrafo (eso es mas que lo que hacen algunos...) si no que lo leo varias veces, siempre encuentro un matiz nuevo que me encanta.
Un solo beso.
me gustó mucho
ResponderEliminarEn el borracho veo un atisbo de autoreflexión aunque quizá me equivoque.
ResponderEliminarRespecto a la puta y, en general cuando se pone ud. en perspectiva femenina, debo decir que atina bastante y que estoy de acuerdo en que la insatisfacción sexual es un gran mal.