miércoles, 7 de noviembre de 2018

Acabo el último vaso sabiendo que no habrá mañana, que no existe esa palabra, que he sido engañado.

Cuando tú no estás las sinfonías se convierten en solos para un piano borracho y sordo. No hay polifonía, no hay complejidad en el estúpido devenir.
Cuando tú no estás las nubes de la noche me condensan en un lamento de animal a punto de ser sacrificado. No hay lógica, ni cordura, ni sentido.
Cuando tú no estás el solista es incapaz de controlar sus dedos, las notas se duplican hasta cometer el error de existir. No hay placer al golpear la cabeza contra las paredes acolchadas.

Cuando tú no estás la ciudad es un desierto baldío, un atasco sin coches, una extensión árida de sufrimiento. No hay ni una sola vida imprescindible.
Cuando tú no estás mis manos sólo pueden recorrer el camino de la perplejidad. No hay senderos de locura, no hay sudores mezclados creando oleajes de sagrado placer.
Cuando tú no estás el eco de tu piel empalma mi alma a todas horas, buscando el cielo y la promiscuidad de la tormenta que apacigüe este frío. No hay orgasmos en el ocaso, no hay sensación que merezca recordarse.

Cuando tú no estás no importa que se desencadene el absurdo, que caigan las bombas, que muera el aire, que cese el pulso. Cuando tú no estás solo queda la inexistencia y la nada.

***
Olvidarse de uno mismo sentado frente a la ventana, apreciando los matices ocres reflejados en los tejados de la casa de enfrente. Sentirse parte de la estación, de la lluvia que sigue cayendo. Languidecer mientras atardece, acuchillar el vaso de vino, vaciarlo y llenarlo de nuevo. Tocarse un poco los cojones, aunque solo sea para comprobar su presencia siempre oscilante, tartamuda, acuciante en su necesidad. Y pensarte, desconocida, pensar en follarte cuando ambos estemos afilados como cuchillos, suaves como cañones humeantes de violencia, receptivos como mártires de la caricia.

A ti, querida desconocida, que eres luna de sonrisa aviesa, callejón sin salida, ausencia y ensueño, luz y reflejo, lluvia sobre mi lápida, bosque en llamas, desierto que fecundar. Mi acometida aguarda tu dilatado vacío, la marea creciente de tu interior. Somos carne humeante manchada de semen. Mi grito sobre tu grito. Tu necesidad sobre mi anhelo. Mi amor sobre tu fantasía. La única posibilidad de felicidad sobrevolando un firmamento sin estrellas. Ven y conviértenos en algo real.

***
El otoño es una estación realmente extraña, aúna la melancolía del alma con la excitación de la carne y los sentidos. Todo muere en otoño, la naturaleza se recrea en los tonos ocres, en los insectos agonizando bajo las hojas, en la preparación para el largo sueño invernal o quizás la fría muerte. En otoño el sexo cobra más importancia que de costumbre porque se nos recuerda sutilmente que la carne está en constante degradación, y entendemos que el sexo es la anestesia de la trascendencia, o quizás la trascendencia en sí misma, dado que sirve de antídoto contra esa muerte, de recreación y distracción.

Somos envoltorios de carne, pequeños animales con ansias de supervivencia y placer que luchan por perpetuar sus genes mientras la naturaleza entera sigue declinándose en horizontes quemados de hojas sin clorofila y nidos resecos por los rayos de un sol efímero y cruel. El otoño es un maullar de gatos en celo, el comienzo de una bella despedida.

4 comentarios:

  1. Buahhh, ¡qué bueno M! Tremendo. Piel de gallina al leerte. La desconocida debe estar mojada debajo de esta tormenta que acabas de descargar, con las piernas cruzadas, sin necesidad de tocarse el sexo para sentir que está ahí... A veces el sexo entra por los oídos y atraviesa la mente, y de la mente a la emoción, y de la emoción al cuerpo. Las glándulas remando al compás, a pleno pulmón. El torrente sanguíneo henchido de hormonas... Hormigueo incesante elevándose por la nuca, subiendo hasta la coronilla, bajando por la columna... Un vientre anhelante que llama al duende febril. Unas piernas que se abren. Brillo entre sus pliegues. Los labios que se abren. El deseo que campa a sus anchas a través de un alma hueca que deja paso a lo desconocido... Así, así, así...El otoño en la mente convirtiéndose en primavera mientras las hojas secas no dejan de caer. El calor que asciende mientras la temperatura no para de bajar en el exterior. ¿Existe el exterior? Dicen por ahí que existe, piensa el duende mientras penetra la tierra virgen de un nuevo comienzo. Se desprenden hechizos de su dulce piel. Me enhebro con ellos y los sigo hasta el punto de origen, donde todo vuelve a comenzar otra vez. Ha salido el sol en medio de la tormenta. Las nubes se han abierto y un rayo de luz ha penetrado iluminando su rostro un segundo. Tan bonito, tan hermoso, tan vivo. Con espanto compruebo que una lágrima ha sido derramada muy a pesar de... ¿De mí? ¿De ti? Somos un algo nuevo que acontece entre sábanas arrugadas, mojadas, magulladas...

    Y mientras te leo y te escribo te cuento que no me va mal. La vida es una dama casquivana que siempre sorprende. No desear otra cosa, desear lo que sucede. Y lo que sucede da para una novela, ya te lo digo yo. Siempre me pasa sabes. Adicción a la intensidad de lo difícil que lo vuelve todo mucho más vital. No me van los melodramas, pero me gusta sentirme vivo. Y ahí voy, entre tormenta y tormenta. ¿Un día aprenderé a disfrutar del sol? Oh, no tengo ni idea...

    Escribes que te cagas. Tienes algo. Gracias por los enlaces y por tu blog. Sigue siendo un oasis. Y deberías montar un consultorios sentimental. Bueno, ya lo has hecho en el Curious ja, ja, ja.

    ¡Buen otoño compadre! No me digas que no merece la pena el intento de encontrar un vivo entre tanto muerto y revivir... Ánimo en desvelar anonimatos ;o)

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    1. Eres un tipo muy lírico. Te imagino también bastante detallista, con ese punto necesario de verborrea poética que provoca que tu musa se estremezca cada vez que recibe un mail tuyo, ¿o quizás una carta, una postal, todo a la vieja usanza? Bueno, sí, la eterna desconocida, la musa, la que se desangra en la bañera de nuestra memoria. Entre tú y yo creo que estoy cerca de una depresión terrible por mi cercano cumpleaños (lunes), me siento inquieto ante el cruce de mangas del calendario. Quizás cubro la crisis con mensajes de amor a la nada, a la musa todavía desconocida, a mis ganas de salir al exterior y conocerla. Espero que solo sea algo temporal y una vez pasada la truculenta fecha pueda recobrar cierto equilibrio.

      Cuando quieras añado más películas, si te gusta alguna que comento la puedo subir, MEGA da cincuenta gigas. La de “Déjame Entrar” quizás no merezca un siete, pero se deja ver, y donde algunos ven una relación de amor, para mí es casi una cacería sentimental que acaba con la dominación y el vasallaje. Ni siquiera es de miedo pero para mí, que soy un gran admirador de los vampiros, supuso toda una sorpresa. No dejes que las expectativas frustren el placer del visionado, la película no está mal, pero las hay mejores.

      En Curious hay haters, admiradores, gente que se pasa para admirar ciertos aspectos culturales… pero en la mía además hay unos cuantos que parecen disfrutar buscando algún resorte anímico que me toque las narices. Algunos mensajes ni siquiera los publico, pero en este en cuestión sé de sobra que no es ninguna ex, ¿Qué mueve a alguien a dejar mensajes así? Es algo curioso lo que provoca el anonimato en algunas personas.

      No te veo disfrutando del sol, quizás inconscientemente has descubierto que el amor solo se mantiene en toda su intensidad mientras haya un conflicto, mientras la posesividad total nos sea vedada. Proust hablaba de los celos, su personaje Swann los padecía de una forma tan patológica que su única solución fue casarse con ella y dejarla embarazada para así poder olvidarla. ¿Es el amor correspondido y sin problemas lo ideal, o es solo el principio del fin? Espero que sepas disfrutarlo, por ahí apuntas a que te “sientes vivo”, te gusta jugar. Y por la edad que tienes (asumo que parecida a la mía) has debido de perfeccionar mucho tu juego ja ja ja

      Bueno, te dejo, espero que el teclado me salve de mi mismo unos días más hasta que pueda superar la fecha crítica. Aunque la lluvia y la reclusión en soledad no me está ayudando mucho. Un abrazo.

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  2. ¡¡Qué bestia es esto!!
    Sólo por provocar comentarios como éste que está encima de mi...ya merece la pena seguir por este caminito bloguero...ja, ja, ja,...con un comentarista así ya te puedes sentir inspirado para lo que sea...
    Y...cabo de escribir ésto y ya no ´se ni como ha sido...sin más palabras estoy...

    Un besito que espero que te llegue, que aquí hay un aviso en rojo que me dice que esto NO es seguro.

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    1. Nuestro querido anónimo siempre complementa y en muchas ocasiones mejora con creces mis entradas, tengo suerte de contar con él. Y si además saca a relucir su vertiente erótica, tenemos al otoño siendo asaltado por la primavera y provocando que todo brille más de lo habitual.
      Lo del mensaje en rojo, sí, es extraño, desde que abandoné la opción de comentarios en Google+ y lo puse como antes salen a veces cosas extrañas. Pero todo llega, además, se puede comprobar in situ porque no hay moderación de comentarios, lo cual es mucho más cómodo para todos.
      Un abrazo bella dama 😉

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