La moda es un disfraz colectivo que se adopta todas las
temporadas de acuerdo a ciertos patrones de belleza impuestos. Lo curioso de la
moda es que las mujeres que la siguen buscan ser observadas, pero terminan por
uniformarse, corriendo el riesgo de pasar desapercibidas. Oculta a las mujeres (individuo)
pero destaca a la mujer (colectivo).
***
La calle es hostil. La vida es hostil. Las circunstancias son
siempre difíciles. Y la gente… la gente es el peor enemigo de la cordura y el
equilibro. Adocenados y llenos de prejuicios, han interiorizado demasiados
guiones de películas malas, de conceptos roñosos y abúlicos. Y el peor de todos
es el tipo abrupto del espejo. Pero, ¿qué importa? Nada tiene sentido. Y el problema
no es saberlo, sino vivir con ello. Y casi parece una victoria lograr sonreír ante
la crudeza del panorama limitadísimo que impone la decrepitud inmediata.
***
Memorizar para dotarnos de un aura
de intelectualidad que exhibir, para tener algo de qué hablar, para lograr un
puesto de trabajo. Amar para comprar el amor de otros. Jugar para exhibir nuestra
habilidad y superioridad. Crear para demostrar algo a los demás o a nosotros
mismos. Trabajar exclusivamente para ganar dinero… metas legítimas pero que no proporcionan
una plenitud transcendente; incluso suelen dejarnos con una sorprendente
sensación de hastío y mediocridad. Parece lógico que la depresión sea la
pandemia del siglo XXI si sufrimos una sociedad mercantil, taimada, ávida y
utilitaria, donde la autoexplotación se confunde con libertad, donde huimos del
dolor, del pensar demasiado. Se podría diferenciar entre el vacío materialista que se intenta superar con
un movimiento acumulativo o aditivo, y el vacío existencial, tan diferente uno del otro como los verbos ser y estar.
***
Todo eso de la psicología positiva, los libros de autoayuda
estilo Paulo Coelho donde el universo siempre conspira a tu favor, me parece
algo peligroso. Como decía Kant: “Nadie
tiene derecho a obligarme a ser feliz a su modo.” Todo lo que se derive de
ahí, todo lo que implique ese principio, puede ser considerado derecho. Por eso
mismo en cuanto crees que has superado el derecho sustituyéndolo por algo
mejor, te descubres adoctrinando a la gente sobre cómo deben ser felices. La teología
positiva ratifica y culmina un mundo sin trascendencia y sin piedad, donde cala
el odioso mensaje de que, si no tienes lo que deseas, si te encuentras mal,
desanimado o derrotado, la culpa es solo tuya por no esforzarte lo suficiente. La
sociedad tiene un potencial admirable para las distopías de pensamiento único.
No hay comentarios:
Publicar un comentario