domingo, 2 de enero de 2011

Un consejo.

Mi ex no quiere que escriba sobre ella. Ahora es feliz, algo de lo que me alegro. Tantos años trasegando dejan un poso de cariño. También me indica que no va a prestar mucha atención a mi blog porque es muy depresivo. Bueno, es mi estado anímico actual, ya hay demasiados blogs sobre otros temas. Si en estas reflexiones de chatarrero en paro alguien encuentra cierta afinidad, bienvenido sea.

Me aconseja, mientras caminamos por estas calles fruto de la planificación de un anticristo con odio tatuado en su mirada azul, que no quede con nadie que no sea de Madrid, que luego me implico y me suceden cosas extrañas. Asiento sin convicción, me temo que es demasiado tarde para esos consejos.

La gente feliz es lo ve todo muy sencillo: ¿por qué estás deprimido? ¡Alégrate! La vida es maravillosa, un lugar lleno de oportunidades y orgasmos. Sólo hace falta…  ¿qué? No estar deprimido. Ah, de acuerdo, seguiré tus indicaciones...

Pero claro, aquí me veis, escribiendo sin un tema concreto, por pasar la tarde, con este coro de renuncias y decepciones escogiendo la música por mí. Aunque algo de razón tiene. Será mejor salir de nuevo al exterior, no dejar cocer a fuego lento el alma entre un par de párrafos mediocres.

***
Mi consejo es que permitas que las cosas sigan su curso y que por tu parte dejes de pensar tanto (...) y rehagas tu vida de una forma coherente y equilibrada, haciendo nuevas amistades o relacionándote más con la gente que ya conozcas en tu ciudad -amigos, conocidos, familiares, etcétera. De esta forma, poco a poco, podrás ir visualizando esta situación desde una perspectiva totalmente diferente a cómo la estás enfocando ahora mismo.

Saludos y suerte.

4 comentarios:

  1. Es este el primer post del blog?
    Qué ha pasado con este optimismo tan racional? Es un consejo buenísimo, no fácil de aplicar, pero bueno donde los haya.

    Besos de los de siempre.

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    1. Escribí varias entradas aquella noche. Esta es la única que he conservado por ser –efectivamente- la primera, y también porque ni siquiera son mis palabras, fue un consejo que me dieron y que no supe llevar a cabo…xD
      Besos con retraso.

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  2. Yo creo que has tenido un bajón, un vacío emocional frente a las últimas golfas que te hayas tirado, viendo que de ella sólo has sacado un vacío testicular y que estás de vueltas de todo. En ese momento de hastío, una neurona contactó con otra y sacó de tu memoria a largo plazo los momentos de felicidad que viviste con una torda random que has idealizado porque necesitas un amor platónico que de lógica o coherencia al discurso que es la vida de cada uno.
    Huelga decir que has obviado el porqué en su momento desechaste a esa mujer, prefieres culpabilizarte por tus errores, porque es más fácil, porque es lo que se lleva en una cultura judeocristiana, la culpa, pero no ves lo obvio. No valía lo suficiente o no te interesaba lo suficiente, era una tía más que se dejaba hacer de todo, la tenías a 20 metros por si te picaba el nardo y te echaste buenos loles con ella.

    Es como echar de menos el trabajar en el mcdonalds cuando estás en el paro. Era una mierda de trabajo y tu situación actual de desazón hace que lo añores y que digas cosas como "joder, al menos me daba de comer", pero sabes que cuando tengas un momento de claridad en el trabajo sabrás que ahí no había futuro.
    Igual que pasa con ella.

    Mi consejo en esos momentos es paja y salir a dar una carrerita o dormir si es de noche, para así espantar esos fantasmas mentales.
    Siga su vida y postee sus mierdas aquí, puede que nuestra adulación sea la muestra de amor más sincera que se pueda obtener en estos tiempos de mierda.

    Y no desespere, otra hija de puta le robará el corazón y le hará pasar por otra montaña rusa emocional hasta joderle la vida y dejarsela otra vez en el punto cero again.

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  3. La vida sentimental en general es una mierda. Es difícil encontrar a alguien que te cuide, respete, folle bien y además no tenga un lado oscuro que sacar en los peores momentos. Creo que ya he leído algún mensaje tuyo de antes. Mi consejo es que lo dejes. A fin de cuentas no me vas a hacer caso. Pero si tienes dudas es porque ya sabes la verdad, esa vocecita llamada instinto te dice que eso no tiene futuro, que lo único que puede suceder es que empeore. Es jodido. Las relaciones son una inversión brutal de tiempo, energía y confianza. Y uno se embarca en ellas a ciegas, sin saber quién es la otra persona que tiene enfrente. Me refiero a sus sutilezas, a cómo reacciona bajo presión, que sucederá cuando ya tenga suficiente confianza para dejar de esforzarse en mostrar su mejor imagen, cuando tengáis problemas y alguno tenga que ceder. A veces nos enamoramos de esos primeros meses, de la sensación de perfección química, de cierta esperanza Disney de encontrar la persona adecuada. Luego resulta que las mejores relaciones no son demasiado intensas, son más bien como un fin de semana de sofá y manta, algo clásico, divertido, de bajo calado, seguro. Como un libro de Murakami: el sexo y la muerte pasan de forma transversal porque la intensidad de su literatura se basa más en cierta sensación de ternura, de sabiduría zen, de calma entre párrafos.

    Todos somos un problema, un puzzle de caos despeinado buscando alguien que nos solucione. Estás acostumbrada al ciclo de bronca-polvo intenso. Pero también mereces y te puedes acostumbrar a lo otro. En el fondo no sabemos cambiar. Solo cambian nuestras prioridades. Nuestras mentiras. Oh, sí. Yo no soy más sabio, solo me he equivocado más veces. Pero sabes que tengo razón.

    Ya me contarás.

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